martes, agosto 22, 2006
justicia po-ética
Un nombre dormido evoca de pronto un oscuro presentimiento.
Quizás sea ése el justo destino de las impostoras.
Quien a velo mata, a velo muere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario