Quiera o no siempre apareces. Me resisto a admitir ni tan siquiera tu existencia, pero una y otra vez llegas en el preciso instante que creo que no, que esta vez no. Voy cayendo... abajo, abajo, y parece no hay fin en este abisal abandono donde todo sabe a derrota, a enésima decepción. Es entonces cuando me rozan tus alas pálidas y la mano del ángel, Orfeo fiel, tozudamente me arranca de nuevo de mis infiernos.
3 comentarios:
Y cómo es el ángel?? Qué cara tiene? ¿huele bien? ¡Porque eso es muy importante!
huele como los ángeles... ummmm.
Insistencia de las personas...A veces, terrible, pero, tan necesaria
Publicar un comentario