miércoles, diciembre 06, 2006

Otro tren

El tren se detiene de nuevo. Una niña y su madre esperan en el andén. Es otro tren. La niña salta de badosa en baldosa en una rayuela constante. Cortázar toma notas. La madre saca un bocadillo de la bolsa del super. La niña, ajena a la merienda sigue saltando. La madre mira a lo lejos. Ya no está en el andén ni hay niña. Piensa en él. Hace mucho que no sabe de su existencia. Algunos creen que ya salió del país. Se fue sin despedirse. Ella pasea sus dedos por el cabello de Jean. Él le lee poemas en francés que ella no entiende. Pero no importa. Alza el vuelo. Luego, recuerda a Jean acompañándola a tomar el tren. Un beso fugaz e intenso para no ser vistos. Él le dice, "nos vemos". Entonces, ella no sabe que sabe que no se volverán a ver. Sube al tren. Se deslizan los olmos por el paisaje. María no quiere pensar. Mira su reloj. Es ya tarde. Tarde para tantas cosas. En la siguiente estación una madre y una niña esperan un tren. Otro tren. La niña salta en una rayuela imaginaria entre los restos de periódicos olvidados. La madre busca en una bolsa de un supermercado. Saca un envoltorio de algo que probablemente sea un bocadillo. Lo mira detenidamente y su mirada se pierde a lo lejos, muy lejos.


4 comentarios:

@Igna-Nachodenoche dijo...

Tal vez estaban en las vías opuestas, o en el andén de los trenes perdidos...

Sólo tal vez.

Anónimo dijo...

El tiempo con ruedas de hierro, y yo sin billete.

Anónimo dijo...

Por cierto, el dedos es un crack !!!

El detective amaestrado dijo...

Detalles cotidianos, invisibles para los ojos de otros